La fotografía profesional ha constituido desde sus inicios un medio de gran utilidad que tiene por característica la posibilidad de registrar fenómenos que no pueden ser observados directamente, como por ejemplo, aquellos que se desarrollan en tiempos muy breves (fotografía ultrarrápida), o extremadamente lentos (fotografía de baja velocidad), aquellos que se producen a escala microscópica, aquellos que afectan a regiones muy vastas de la Tierra o del Espacio (fotografía aérea, orbital, astronómica), aquellos ligados a radiaciones no visibles al ojo humano, o en situaciones en las que no puede estar físicamente el ser humano, etc.